domingo, 16 de mayo de 2010

Barba de tesis

Llevas semanas negándolo, haciéndote el remolón cuando los demás salen a tomar unas cañas. Llevas semanas disimulando, aprovechando los descuidos para colarte con mucho misterio en tu habitación. Pero no engañas a nadie, te delatan tu mentón oscurecido, tu incipiente mostachillo. Todos podemos ver cómo ese enmarañado pelamen va cercando tus labios amenazadoramente, sin visos de echarse atrás.
Te cruzas con los compañeros en el pasillo y nadie puede evitar una mirada extrañada provocada por tu aspecto descuidado. ¿Crees que no hemos notado que llevas tres días usando la misma camiseta? Cuando te vuelves para saludar, tus ojos arrastran pesadamente unas ojeras un tanto inquietantes. Y peor todavía es sorprenderte hablando solo, sea en el despacho o en la salita de estar, susurrando mientras miras al infinito o a una pared vacía, perdido en tus pensamientos incomprensibles para el resto de los mortales.

Sí, amigo, no disimules más, que no nos engañas, todos estamos al tanto: Te estás dejando barba. Barba de tesis, para ser más exactos. Y déjame avisarte de que vas a quedarte así durante algunos meses más, con eventuales intermitencias debidas a ocasiones especiales (bodas y bautizos, citas importantes, entrevistas de trabajo). Pero por lo demás, tu cara va a portar ese rasgo inconfundible de que estás concentrado dando forma a esa obra de la que, en teoría, deberías sentirte orgulloso. La barba de tesis es un signo para que el resto de la humanidad seamos conscientes de tu labor y te respetemos.

Haz el favor de tener presente que el día de tu defensa será TU día. Estarás nervioso, y tal vez pasarás un mal rato. Pero un tiempo después lo recordarás como uno de los mejores momentos de tu vida. Créeme.

Tómate esto, amigo, como un homenaje sincero a tu titánico esfuerzo. Sé que es un homenaje un tanto extraño, sobre todo teniendo en cuenta mi pretensión de hacerlo extensible al género femenino. Pero es que, aunque no lo sepas, o aunque ellas lo nieguen, también las mujeres tienen su equivalente a la "barba de tesis" (¡no literalmente!), aunque lo manifiesten de otra forma, y además para mí la barba de tesis es un símbolo con una imagen poderosa, profunda, casi mitológica (con esto espero justificar mi aparente despropósito). Raro que soy yo.

Mucha suerte, y al trabajo.

lunes, 20 de julio de 2009

Cosas que vería solamente aquí

Es una pequeña lista, no exhaustiva, por supuesto, de algunas situaciones, personas u objetos que pueden sorprender a este pequeño Paco Martínez Soria provinciano e impresionable que soy yo.
Sé que la mayoría de estas cosas son cotidianas en muchos lugares del mundo (aquí, para empezar), pero qué le voy a hacer: Así somos los de pueblo, que nos quedamos alucinados con cualquier nimiedad porque es la primera vez que la vemos. ¿Qué esperabais de mí? Si me ponen delante dos rascacielos y ya me creo que estoy en Manhattan.
...¿Y no es hermoso conservar esa capacidad de asombro? ;-)

Algunas cosas que me han asombrado de este lugar:
1. Un aparcamiento de bicicletas muchísimo más grande y más repleto que los propios de los coches. De hecho, suelo tener problemas para encontrar sitio cuando me muevo con mi bicicleta.
2. Una ciudad en las que hay más de 100 joyerías y tiendas de diamantes, ¡pero ni un solo Starbucks!
3. Trenes puntuales, muy rápidos, normalmente cómodos, y a precios asequibles.
4. Que te obliguen a separar los residuos en origen y te remachen la idea del reciclaje y el ecologismo (bueno)... pero después te vendan cualquier tontería envuelta en toneladas de innecesario plástico (hasta la fruta la suelo ver así).
5. Que me adelante, a toda mecha, un judío (vestido con toda la parafernalia, luto riguroso, taled, sombrero, patillas y barbas crecidas...) montado en una bicicleta de carreras. ¿Cuándo verá uno una estampa como ésa en Bilbao?
6. Un niño pequeño capaz de hablarme en tres idiomas (lo cual le hace sentir a uno idiota perdido).
7. Patatas fritas vendidas como delicatesen (y los turistas pican el cebo).
8. Bicicletas rodando por en medio de la calzada (a veces no hay más remedio), haciendo caravana, y que no pite ni un solo coche de los que pacientemente van detrás. Respeto al ciclista, eso es lo que me asombra encontrar.
9. Que los españoles tengan fama de juerguistas y de armar escándalo y de gritar en la calle, en un país cuyos habitantes suelen pasar los veranos haciendo todo esto y mucho más en la costa del sol.

Ya veis que le he cogido afición a hacer listas :-D

jueves, 11 de junio de 2009

Cosas que crees que molan

Cosas que crees que molan... hasta que las pruebas.
-Los pantalones de cuero. Sólo funciona cuando eres una estrella del metal.
-Un buffet libre de comida india (curry a tutiplén). Si el cuerpo tarda semanas en eliminarlo, no puede ser bueno.
-Ir al trabajo en bici. En un país donde llueve a mares día sí y día también. Iluso.

Últimamente he tenido la oportunidad de ampliar esta lista con ítems que ni imaginaba. En fin. Cosas de mi vida.

domingo, 10 de mayo de 2009

Día de colada

Cuando estuve visitando cuchitriles para buscar un piso donde meterme a vivir en Lovaina, siempre notaba que estaba pasando "algo" extraño, y no caía en la cuenta de qué era, hasta que por fin me percaté: ¡Ninguno de aquellos pisos tenía lavadora! Oh, sorpresa. Pues hay que buscar uno que la tenga instalada.

No. Comentándolo con una compañera del trabajo, me bajó del burro amablemente: Nadie (casi) tiene lavadora en Lovaina. Es una especie de lujo que sólo se permiten los que viven con su familia y cuatro extranjeros intransigentes más. Y me dio una explicación más que convincente. Estoy en una ciudad de estudiantes. Cada fin de semana, todos huyen (verídico: el pueblo queda vacío) a la casa de sus padres llevando consigo dos cosas: el estómago vacío, ansioso por digerir la comida casera de mamá, y una bolsa llena de ropa sucia para ser lavada. Por eso no necesitan la lavadora, ya la tienen en casa de mamá por el morro.
Debo añadir a todo esto que mi compañera se extrañaba notablemente de que en España la lavadora sea un bien imprescindible, y que, como apunté, haya más casas con lavadora que con microondas (y es que aquí muchas "cocinas" consisten en un microondas y una nevera tamaño junior). Es posible que también pensara que todos los españoles caminamos descalzos por las calles polvorientas y que construimos nuestras casas con adobe, pero no quise ahondar en la herida. ¡Cómo vamos a tener todos una lavadora, para nosotros solos! En fin. Habría sido divertido explicarle que la cultura del crédito-hipoteca fácil y del endeudarse hasta las cejas inconscientemente, sin pensar en el mañana, ha hecho que, en la España de los últimos 5 años, todo hijo de vecino que no quiera ser menos que el ídem tenga lavadora, microondas, una TV de plasma y un coche nuevo cada dos años, aunque su sueldo sea de mileurista y no dé ni para pipas, sólo para presumir. Habría flipado, la pobre, pero de lo gilipollas que somos X-D



Gran pregunta: ¿Y cómo me lo monto para lavar la ropa sin lavadora? Obviamente, tengo que ir a una lavandería, que hay unas cuantas en la ciudad. Pero la más cercana la tengo a 15-20 minutos a pie, lo cual es problemático cuando vas cargado con una bolsa / maleta llena de kilos de ropa, que cuando cruzo la calle parece que ha llegado el trapero ropavejero a la ciudad, sólo me falta el megáfono: "¡¡¡Oiga el trapeeeeeerooooo!!!".
Para mí, los domingos son "Laundry day", o día de colada.
Esto es nuevo para mucha gente que conozco, así que explico cómo funciona. En las lavanderías tienen decenas de lavadoras que funcionan con moneditas (llevo siempre al menos kilo y medio de chatarra en los bolsillos). Me sale a 3,80€ un ciclo en la lavadora pequeña. Normalmente, una vez cargada y funcionando, la dejo puesta y vuelvo en 40 minutos (a veces aprovecho para comer).
Después toca secar la ropa, el asunto más complicado. En ocasiones me dejo un total de 6€ ó más en la dichosa colada, porque hay prendas que no hay forma de secarlas bien y tengo que repetir el ciclo. Lo más común es que, ya de mala leche, me las lleve mojadas a casa y las disponga precariamente sobre el radiador, sobre una silla, donde sea, pero ya con ese olorcillo a húmedo que odio. Y es que además tengo que estar al quite para extraer las prendas más delicadas o queridas a mitad del ciclo de secado, ¡porque odio las secadoras y el daño que pueden causar a tu ropa!



Y encima de todo esto, está el asunto de que en mi caso no puedo separar adecuadamente la ropa clara de la de color. Ya sabéis que suelo guardar luto riguroso (cosas del heavy metal y de la "pose"), y no merece la pena hacer otra colada para las cuatro prendas blancas que tengo. Así que o las mezclo con lo demás, esperando que no destiñan, o bien, como he hecho alguna vez, las lavo a mano en casa, que es como si hubiéramos retrocedido 20 años. Pero entonces el problema es que las prendas tardan días en secarse, con este clima... La más lenta de todas, los pantalones vaqueros (el némesis de todo el que quiere su ropa seca cuanto antes). Recuerdo que en Londres (allí sí tenía lavadora) tuve unos vaqueros durante dos días en el tendedero (dentro de casa), y al final me los acabé poniendo medio mojados por pura cabezonería, de harto que estaba. Y era verano. Húmedo, pero verano. Pues aquí es parecido pero de momento mucho más frío.

Ahora entendéis que el sueño de todos los españoles que aquí conozco (también algunos extranjeros de otros países) es conseguir una lavadora propia. He visto de todo: algunos la instalan apretada en una esquina, con la toma de agua directamente del grifo del lavabo, perfecto para organizar una inundación de la pera. Otros negocian míseramente con todo el bloque de pisos para ver si pueden colocar una pequeñita en el descansillo de la escalera.

Hacer la colada dignamente también es calidad de vida, ¡cojona! Esto es Europa.

NOTA: Imágenes de Wikipedia

jueves, 30 de abril de 2009

Empiezo a cuidarme (un poco)

Pues sí, chicos, y ya iba siendo hora. Estaba hecho un cromo: Para empezar, tantas semanas sin sol y maldurmiendo (ya os hablaré de por qué) me habían dejado una cara de pedo que parecía Ville Valo (pero más feo). En cuanto a las comidas, me he acostumbrado a un desayuno más fuerte y prolongado de lo que era habitual (zumo, café con leche, galletas, una manzana o plátano y a veces, si sigo con ganas, algo de embutido español que me han traído); pero al mediodía (o sea, entre las 11 y la 1, nunca más tarde) me como un triste bocadillo como hace aquí todo hijo de vecino (incluso el jefe jefazo aguanta hasta la noche con un bocata ¡o una sopa!); y por la noche, temprano (entre las 7 y las 9), ataco la cena muerto de hambre, que hasta ahora, demasiado a menudo, constaba de un kebab o una pizza, o bien alguna de mis especialidades culinarias caseras (prfff... a elegir: pasta, ensalada, ensalada de pasta, arroz blanco, fritangas varias, y pechuga de pollo para las ocasiones especiales). Ya sabéis que no me gusta cocinar y que lo hago muy mal. Y que... bueno, tiendo a hacerme daño cuando cocino. No falla. Ay, esa gotita de aceite caliente. Ese mango de la sartén en posición inoportuna. Ese cuchillo mal afilado, ¡pero lo suficiente como para cortar un hueso! Y luego a limpiar. Así que nada, a comer fuera, donde sea.

Por estas razones me decían que si me encontraba bien, que si me veían transido (sí, la palabra existe), etc. He recibido amenazas de muerte reiteradas de cierta amiga, si comprueba que este verano vuelvo a Bilbao con menos culo que antes de venirme. Y es que, no sois conscientes de ello, pero soy un hipocondríaco de la pera: no hay más que decirme que tengo mala cara o que estoy adelgazando para que de verdad me empiece a encontrar mal y me compre una báscula para controlarme el peso. Ains.

Pero todo eso va a cambiar (a ver cuánto me dura el buen propósito). Esta semana, amigos, me he apuntado a un gimnasio y pienso darle duro al deporte. Ya podéis imaginaros la melodía de "The Eye of the Tiger" a todo trapo, mis bíceps sudorosos congestionándose como hace años, jaaaa... Bueno, no, realmente voy a empezar suave. No, no es por vagancia, es que quiero evitar lesiones. Ejem. En serio. Ya. Bueno... pues eso.
Donde sí que acabo de estrenarme (empecé ayer) es en el dichoso "pilates". ¿Y qué tal fue? Bueno, lo esperaba mucho más duro, pero igual es que se va complicando con el tiempo, sólo era la segunda lección del curso. Y por favor. Era el único hombre de la sala. Todas sin quitarme ojo, como diciendo "¿Y éste de qué árbol se ha caído?". Y yo nada, disimulando mi coordinación pésima y mi elasticidad comparable a la de un bloque de madera de pino. Ay, ay. Había que ver a la profesora que guiaba la actividad, embutida en unas mallas que no podían ser más apretadas y moviéndose como si fuera de chicle. Pero también vi a un par de señoras de edad mucho más avanzada que se estiraban con una facilidad pasmosa. Será cuestión de práctica y de no abandonar la actividad a la primera de cambio. Aunque no prometo nada.

Y sobre las comidas, al menos ahora tengo a la intrépida Nat para que venga conmigo a sitios un poco más decentes, de esos donde no te da vergüenza ir acompañado (¡pero sigo fiel a mis kebabs cuando estoy solo!), y a menudo ceno con ella comida casera. Nunca podré agradecerle lo suficiente que me está cuidando como a un bebé. Incluso me dan ganas de cocinar, porque uno de los coñazos de cocinar aquí es tener que hacerlo para uno mismo: si es para comer con más gente apetece más, o da menos pereza... Lo que ocurre es que a esta mujer la aprecio demasiado como para someterla a la tortura de visionar (no digamos degustar) los atentados gastronómicos que puedo perpetrar en mi cocina (toma excusa) :-S

Lo dicho: más horas de luz (cruzo los dedos), más ejercicio (mientras no abandone), y comida un poco menos desastrosa (God bless her). Espero que cuando vuelva por Bilbao no esté cierta personita (a la que por lo demás quiero como un ceporro) esperándome con la báscula en una mano y el cuchillo jamonero en la otra. Ni las top-models tienen que vivir con esa presión, caray.

domingo, 5 de abril de 2009

La ciudad se transforma

...Y menos mal. Recuerdo la sensación que me quedó cuando llegué aquí, a principios de enero: Acababa de pasar una ola de frío polar (aunque las temperaturas invernales siempre son bajas de todas formas) y además era temporada de exámenes, con lo que la ciudad tenía muy poca vida. A las 6 de la tarde, puntuales, como si hubiese un toque de queda, se cierran los comercios y hasta las cafeterías. La gente sale de trabajar y se va directamente a casa. La oscuridad (noche cerrada a las 5 de la tarde), el frío y la lluvia (o nieve) no invitan a otra cosa. Cena temprana y a la cama. Podréis haceros una idea de la sensación tan depresiva que me invadía al caminar por calles comerciales (pensadas para el trasiego masivo de consumidores con sus compras) totalmente desiertas. Y con el viento helado empujándome para caminar un poco más deprisa hacia mi destino. Me pareció triste, Lovaina, todo lo contrario de lo que esperaba encontrar.
Tuve la sensación de que la cosa iba a cambiar conforme el tiempo mejorase. Y así es, por suerte. Llegó la primavera. Y si os apetece, os contaré en qué consiste la transformación.

Los días se alargan. Se nota mucho, y ahora, si el tiempo acompaña, he recuperado ese hábito que daba por perdido y que consiste en dar un paseo después del trabajo, o bien tomar un rodeo según me acerco a mi casa, muchas veces aprovechando para cenar por el camino.

Otro síntoma evidente: poco a poco, han ido extendiéndose. Me refiero a las terrazas, especie no muy pródiga en mi ciudad de origen, pero que aquí han ido colonizando en las últimas semanas, inesperadamente, calles y plazas; rincones donde uno no imaginaría que a alguien le pueda apetecer tomar una cerveza o un almuerzo. He visto algunas de estas terrazas llenas a rebosar incluso cuando el termómetro no subía de los 5ºC, ¡los hay valientes!

Los estudiantes. No había nadie en la facultad cuando llegué aquí, en enero, pero ahora los pasillos son ruidosos y concurridos. A veces es molesto (sobre todo cuando organizan fiesta), pero sin duda es más animado que antes. Salgo de trabajar sobre las 18:00 ó 19:00, según me dé, y por la calle me cruzo con docenas de jóvenes, bien con una sustanciosa bolinga, bien en proceso de adquirirla, y (sólo) algunas veces es divertido el espectáculo, cuando la cosa transcurre con naturalidad y sin estridencias ni vandalismo.



Aunque los comercios sigan con su imperturbable horario "europeo", algunas cafeterías han extendido el suyo y tienen la puerta abierta un par de horas más. La música de los pubs y otros lugares de similar naturaleza hedónica se deja oír por fin más temprano, y no son pocos los clientes que deciden tomar su copa en la calle, dejando la puerta abierta y permitiéndome adivinar el interior de un local con llenazo completo, ¡un día entre semana y a las 6 de la tarde!

Y el último en llegar, el más esperado de todos, es el sol. Ya tardabas, compañero. Me han prevenido, me han dicho que no espere muchos días soleados, ni siquiera en verano, que aquí tiende a llover todo el año. Pero tal vez lo infrecuente de la visita del astro rey la convierta en algo mucho más valorado. La semana pasada puedo decir que disfrutamos un día de primavera por primera vez. La temperatura era suave, y yo cruzaba el Pauscollege camino de mi facultad, cuando reparé en que unos estudiantes habían sacado un colchón por la ventana de un bajo, y lo habían tirado sobre la hierba del jardín para tomarse unas cervezas mañaneras con uno de los primeros ratos de sol que he visto aquí. Espero que se mantenga...

miércoles, 18 de marzo de 2009

Quedada de bloggers

He tenido unos días muy ocupados (y lo que te rondaré morena), así que he dejado desatendido este blog. El caso es que deberíais saber que el sábado pasado tuvimos la "gran quedada de bloggers españoles en Bélgica". Nos reunimos en Bruselas una cantidad nada despreciable de gente, hubo frieten (¡ja!), cervezas para los que las pudieron disfrutar, y conversaciones muy entretenidas. Se repartieron camisetas y me dieron "la chapa" (pero la chapa de verdad, ¿eh?). Un éxito del organizador, Ramón, que hace una crónica más detallada aquí, donde os remito, con fotos y videos y todo (sí, salgo yo en algunas). Y todos al grito de "¡Somos gilipollas!" X-D
Ya estoy deseando que se convoque la próxima, tengo miedo de que para entonces ya me haya vuelto a España / ido a otro lugar. ¿Qué tal si inauguramos una tradición, Ramón? ;-) Mil gracias por la organización.

viernes, 13 de marzo de 2009

Los funcionarios belgas son "popperianos"

...O eso, o simplemente tienen un sentido de "lo que es práctico" poco desarrollado.
Karl Popper fue un filósofo de la ciencia muy conocido por su idea de "falsacionismo". Según Popper, en un sistema de conocimiento científico, es lógicamente imposible probar que una afirmación es verdadera basándose en datos empíricos. Lo que sí podemos hacer es basarnos en datos para probar que una afirmación alternativa es falsa.

Me he acordado de este señor esta mañana, después de cierto incidente administrativo.
Llevo ya unos meses instalado aquí y se supone que mis trámites con el departamento de extranjería estaban resueltos. Pero ayer me llega una carta del ayuntamiento, escrita completamente en holandés, y con una firma de puño y letra que hace temer lo peor.
Así que hoy le pido ayuda a una compañera para que me traduzca el documento. Parece ser que mi ficha de residente extranjero está incompleta, que les falta un dato muy importante: no les consta mi estado civil. La carta menciona también algunas consecuencias terribles de ocultar información a las autoridades, y todo ese rollo tan amenazante.
La pregunta que me viene a la cabeza es, bueno, ¿cómo demuestra uno que NO está casado? Quiero decir, entendería perfectamente que me pidieran documentación para probar lo contrario (y la hay: acta de matrimonio, etc.), pero lógicamente ni yo, ni nadie que yo sepa, tiene un papelito donde conste "Fulanito de tal NO está casado".
Así se lo hago notar, en mi inglés más educado, al funcionario. Pero ellos insisten: "Necesitan" un papel oficial, con sello y firma, donde se haga constar que no estoy casado.
Lo que decía, los funcionarios belgas deben de haber leído a Popper y, como no se creen que estoy soltero, me piden pruebas de que no estoy casado. Ya sabía que este era el país de la burocracia, pero aun así es la monda, ¿no os parece?


Por supuesto, esto es un dolor de cabeza para mí: lo primero es que no sé ni dónde acudir para pedir este papel (¿ayuntamiento donde estoy censado? ¿comisaría de la policía donde me tramitan el DNI? ¿otro organismo todavía más complicado de acceder?); lo segundo es que aunque supiera a quién dirigirme, tendría que contactarles por teléfono (llamada internacional) o carta, en la esperanza de que me lo puedan hacer llegar sin solicitarlo yo en persona; cosa que no harán, porque no se fiarán de mí, no vaya a ser que les esté engañando y en realidad sea mormón, tenga tres esposas y catorce churumbeles. Kafka, te veo venir...

Veremos cómo se desarrolla este asunto en próximas entregas. De momento, rezo para que en la institución que corresponda no se partan de risa al pedirles el papelito de marras, con sello oficial y firma del presidente del gobierno o del rey, si es menester. Me estoy planteando pedir también, por si acaso, otro papel donde diga que NO soy un alienígena, otro en el que se certifique que NO soy hincha del Athletic, y otro en el que se asegure, poniendo mi vida en ello si mintiera, que NO me llamo Franz Kafka.
Y a ser posible, depende del organismo que me los tramitara, a ver si los documentos me los pueden expedir íntegramente en euskera, pero eso ya lo hago por maldad y por joder ;-)

lunes, 9 de marzo de 2009

Feliz cumpleaños a mí

Pues eso, que casi lo tenía olvidado, pero afortunadamente me lo han recordado un par de mensajes en Facebook y tal, gracias a todos.
Y como soy muy fino, me autofelicito con esta bonita canción:



(Los Ramones felicitándole el cumpleaños a Mr. Burns, en los Simpsons)

¿Que qué voy a hacer para celebrarlo? Nada especial. Creo que luego igual podré quedar con la intrépida Nat y tomar un café/cerveza/refresco, pero aparte de eso, nada.
Y ahora me doy una ducha rápida, ¡y a trabajar!
Ya os cuento más.

sábado, 7 de marzo de 2009

IKEA, una gran idea

...Casi siempre :-)
Anoche, mis compañeros Mathijs y Els tuvieron la amabilidad de llevarme a IKEA para comprar (y sobre todo transportar) un par de cosillas que me vienen muy bien para poner mi casita más confortable. La ventaja de IKEA sobre otras tiendas es que si algún día decidiera cambiarme de casa, los muebles se desmontan y son más fáciles de transportar (o eso creo yo en mi ingenuidad).

La primera observación que hago es que, como ya sabía perfectamente, IKEA es el típico sitio donde acabas comprando las dos cosas que necesitabas... más ocho que no necesitabas pero oye, son tan monas, y tan prácticas, y tan baratas (a veces), que no puedes resistirte... ejem. Vamos, el tipo de tienda que desata tu consumismo más atroz. Yo iba a por un par de detallines y acabé gastando bastante más de lo previsto, aunque no me arrepiento de todas formas.

La segunda observación es que es muy diferente visitar IKEA cuando vas tú solo, en autobús, llevando en la mano tu lista de cosas que quieres ver, a cuando vas con otra gente, especialmente si entre esa gente hay al menos una chica :-) A ver, por ejemplo, yo había echado el ojo, vía catálogo online, a unas alfombras AGGER a precio de bazar chino (1,50 €). Por supuesto, nada más verlas al natural declaramos que aquello era un atentado visual en toda regla, así que nos pasamos más de tres cuartos de hora mirando alfombras de todos los tipos y tamaños, debatiendo sobre sus ventajas e inconvenientes, etc., y acabé comprando algo un poco más caro de lo que era mi idea inicial (descartada unánimemente al primer vistazo, a tres metros de distancia), pero no me importa gran cosa: realmente, es una suerte que viniera Els con nosotros, de lo contrario, a saber qué horror me habría traído a casa :-/


Para los cotillas, os hago un inventario de lo que finalmente cargamos en el coche (el monstruo espagueti bendiga a Mathijs por su pericia para colocar las cosas en su monovolumen, yo no podía creer que cupiese todo, apuesto a que este chico ha jugado mucho al tetris de pequeño):
  • Escritorio VIKA: Fue mi necesidad inicial, un escritorio para poder trabajar a gusto y no andar haciendo malabarismos con el portátil.
  • Cajonera ANDY: Totalmente en metal, o sea, diversión asegurada, sobre todo al montarla.
  • Espejo RAM: Que todavía no he decidido cómo colgar en la pared, de modo que está sin desempaquetar y apoyado en el suelo.
  • Papelera FNISS: Se acabó el ir dejando los papelotes en la cocina.
  • Alfombras RINGUM y BOMULL: La idea era que no se me congelasen los pies al tocar el suelo cuando me levanto por la mañana, y que la silla del ordenador no resbalase más de la cuenta. Digamos que estas dos son las "menos feas" que vimos, porque cuánta agresividad cromática podía haber en aquella sección de la tienda... Todavía tengo escalofríos :-S
  • Flexo FORSA: De nuevo, yo iba con la intención de comprar uno baratolo de 4 euros, pero éste otro, en negro con detalles de aluminio, era taaaan mono... ¿No os viene a la cabeza Pixar Studios? :-D
  • Por último, vale que la silla que tenía en casa es un poco incómoda, pero no pensaba sustituirla. El caso es que en la sección de outlet tenían unas sillas comodísimas rebajadas (habían estado en exposición), de modo que nada, también compré la silla MOSES, con acabado en "me-creo-yo-que-es-piel", a un precio muy competitivo :-)


Por las fotos podéis apreciar el espacio de trabajo-diversión que me ha quedado, la mar de confortable. Eso sí, esta mañana de sábado, dedicada al montaje, ha sido muy divertida.
Y todo gracias a Mathijs y Els que han sido muy amables al ofrecerse a llevarme a la tienda (por cierto, también ellos picaron y se llevaron algo, ja ja).

jueves, 5 de marzo de 2009

Más que humor

Randall Munroe es un humorista que lleva mucho tiempo escribiendo regularmente una tira cómica online. Sus chistes tratan sobre ciencia, matemáticas, informática... y amor. Con ese estilo de monigotes, este hombre siempre es capaz de arrancarme sonrisas. A veces carcajadas. Y otras... bueno, otras veces es más profundo de lo que parece la primera vez que lo lees.
Ahí os va una dosis fresca de Randall Munroe: "ETCH-A-SKETCH" (Haced click en la imagen para verla bien)



Traduzco (con mi inglés de bilbaíno):
1-Hey, si dibujo muchas líneas puedo ver qué hay detras de la pantalla.
2-Jo, tío, casi...
3-¡Hola!
4-¡Eres guapo!
5-Que...
-Yo soy la que dibuja cuando mueves los mandos. Y me siento sola aquí dentro.
6-Yo también me siento solo aquí afuera.
-Entonces estoy encantada de que me hayas encontrado.
7-Seamos amigos. Así nunca más estaremos solos.
8-...
9-(suspiro)


Esto es el poder de la fantasía. ¿A quién (o qué) buscamos a veces, esforzadamente, muy motivados... donde no es realmente esperable encontrarlo? Miradme a mí, en esta tierra que el Capitán Alatriste, no sé si con tino o no, describía como un infierno :-D ¿Qué pretendo encontrar aquí? Yo me creo que estoy volando, pero tengo la cuenta atrás ya iniciada, sé que tarde o temprano me voy a dar de golpe contra ese suelo, o más bien ese techo, que es la realidad. Y entonces tendré que volver a ver el mundo como es, y estaré cabizbajo y avergonzado... O puede que todo lo contrario.
Y es que, si no tuviéramos esa fuente de ilusión, aunque sea una ilusión muy tonta... ¡Qué aburrida sería la vida! ¿No creéis?

Imagen distribuible según una licencia CC 2.5. Visitar la web del autor para más detalles.

EDITO: La imagen se ve borrosa cuando la subo a Blogger. Para verla bien, haced click en ella.

martes, 3 de marzo de 2009

¡¡Frío!!

Afortunadamente, los días de frío parece que van pasando, e imágenes como la que tenéis abajo (os juro que hice la foto ya avanzado el mediodía) se harán cada vez más infrecuentes mientras se va acercando eso que llamamos "verano" y que aquí lo es a sólo medias, según reconocen los propios aborígenes.
Imaginad el panorama que me encontré cuando llegué aquí, con nieve, y catastróficas heladas nocturnas (que todavía pueden darse de vez en cuando). Me sonreía cada vez que, yendo a trabajar por la mañana, veía la bicicleta del típico panoli que ha olvidado envolver el sillín en una bolsa de plástico durante la noche, y me imaginaba el momento en que pusiera el culete en el asiento hecho puro permafrost, ¡maligno que es uno! ja, ja, ja.


El Fonske, después de una noche esperando el autobús ;-)

Viven el frío de otra forma, por aquí. Para alguien como yo, que viene de donde viene, "frío" es toda aquella temperatura por debajo de 10ºC. Sin embargo, yo me he cruzado por la calle con vikingos que desafían al temporal en camiseta y pantalón corto, yendo yo mientras tanto forrado, con dos chaquetas y bufanda. Por no hablar de las típicas jovencitas que quieren que todo el mundo sepa que se han hecho un piercing en el ombligo, incluso cuando el termómetro pasa de ese fatídico límite donde a mí se me congelan hasta las pestañas.

Ya he dicho que estas últimas dos semanas han sido bastante más soportables para mí en este sentido. Hace días que no tenemos temperaturas negativas, al menos si me fío de mi ForeCastFox. Lo que me ha hecho volver a recordar aquellas noches de puro congelamiento es la relectura de mi contrato de alquiler. Allí, con el objetivo de garantizar la habitabilidad de mi estudio, se dice bien claro, y que no quepa duda alguna, que el casero se responsabiliza de mantener una temperatura mínima de 20ºC entre las 7 de la mañana y las 12 de la noche, y... ¡12ºC! durante el resto de la noche hasta el día siguiente.
Repitámoslo otra vez: doce grados. Como mínimo. Ahora pensad en un muchachito medio tonto al que una mañana dan las llaves de un estudio medio vacío y tiene que comprar todo lo necesario para pasar la primera noche. Y en una alegre tienda de cuyo nombre no quiero acordarme (para evitar decir procacidades), el muy imbécil compra un nórdico muy barato, realmente barato, el más barato de todos. Recordad lo de los 12ºC, y ya os imagináis el resto. Esas orejitas heladas durante la noche, esos pies que no hay manera de calentar, esas tiritonas insistentes...
Unas semanas después, el jovencito ingenuo se había caído del burro y se había gastado un pastizal en un nórdico algo más decente, con el que las noches, cuando están a 12ºC, lógicamente siguen siendo frías, pero menos. Al final tendré que hacer caso a algunos que dicen que lo mejor para evitar esos fríos nocturnos es el calor humano ;-)
La moraleja, amigos, es que como dicen todas las madres y gentes de sentido común, lo barato sale caro. Que cada cual se aplique el cuento como quiera.

sábado, 28 de febrero de 2009

Somos muchos y estamos en todas partes

El encuentro fue breve e inesperado, pero llegó en el momento más oportuno.

Ya sabéis que andaba con una semana un poco tristona. Tampoco era para tanto, ojo, pero estas sensaciones se acentúan cuando estás lejos de casa, el clima es el que es (¡maldito!), vives totalmente solo y tus verdaderos amigos están a muchos kilómetros. Es comprensible tener días melancólicos, ¿no os parece?
El caso es que el viernes no estaba marchando tan mal. Todavía no sé por dónde coger mis datos experimentales, pero aunque siguen pintando muy feo, tienen otro aspecto puestos en una gráfica, y al mirarla se me ha encendido una bombillita que a lo mejor funciona, no diré más ;-)
En la universidad, los viernes son otra cosa. Comí con unas compañeras (ay, ese bocadillo o esa sopa que constituye su menú cada día, todos los días, ya os lo contaré); y estuve charlando un rato (los ratos que hablan en inglés, claro, que la mayor parte del tiempo lo hacen en holandés, ya que les sale naturalmente, y no las culpo por ello).
Luego volví al trabajo, tengo mucho que leer para el master y la idea para analizar los datos sigue dando vueltas en la cabecita (-"mmm... sácame de aquí, ¡tío pesado!" –"no, te esperas, que aún estás muy verde").

Sin planearlo, a lo largo del día intercambié un par de mensajes con una chica española que vive en Lovaina (es "lovainesa veterana", o sea que lleva algún tiempo establecida aquí), a la que no conocía de nada hasta ayer, salvo por que ella también lleva un blog sobre sus experiencias belgas.
Yo sabía que se estaba gestando una quedada "general" de bloggers españoles residentes en Bélgica y que iba a tener lugar en Bruselas el día 14, de hecho me había apuntado ya con todo el morro, a pesar de ser bisoño en el tema; lo que no sabía es que, dado que estaban previstas algunas ausencias, se había improvisado otra quedada (un "ensayo general", le llamaban algunos) para la noche de ayer. No pudo llegar en mejor momento la providencial invitación, supongo que es así como vienen las cosas cuando tu vida está un poco desordenada :-D



Pues a Bruselas que me fui con ella, y allí nos reunimos con otros bloggers, a alguno de los cuales sigo con cierta frecuencia (se hace raro, eso de leer acerca de la vida de alguien en un blog, y luego conocerla en persona). Soy sincero: no me atrevo a hacer una lista de los presentes porque fueron muchos nombres de golpe y temo pasar por alto a alguien :-S
Como no podía ser menos, allí se comieron los tradicionales cucuruchos de frietjes (que es ya para algunos como una especie de rito eucarístico), y acto seguido cayeron un par de cervezas (bueno, eso para los que podían tomarlas, claro). No fue una noche larga, al menos para mí (era viernes, estaba cansado), pero estuvo tranquila y agradable. Me reconfortó comprobar cómo existe una red social de personas que, encontrándose en el extranjero (aunque para muchos esta es ya "su casa"), se dan apoyo mutuo y se ayudan incluso sin conocerse en persona (blog mediante). Supongo que porque todos saben que han pasado por las mismas situaciones y tienen cosas que compartir. Me dejó buen sabor de boca la experiencia.
El 14 de marzo es la quedada "oficial", a la que acudirán otros ilustres bloggers españoles expatriados en esta tierra llana de coles y de monjas. Y pretendo acudir a la llamada para conocerlos a todos. Ya os contaré lo que se pueda contar.

Por cierto, hoy está haciendo un día soleado y nada frío :-D

viernes, 27 de febrero de 2009

Uno de "esos" días

Ayer fue uno de esos días de los que espero no tener muchos.
Me levanté de la cama y vi un panorama como este:


Estuve un rato trabajando en casa, ese eufemismo para indicar que me daba una pereza enorme salir. Además, aún no os lo he explicado, los jueves son "día de trabajar en casa" por tradición en nuestro equipo, lo que significa que la mayoría de los compañeros no iban a estar en la universidad. Pero yo tenía que ver cómo iban los datos de mi primer experimento, así que le eché valor y me acerqué a la facultad.
Llegué mojado y tiritando casi, y eso que realmente no hacía mucho frío. Miré los datos que hay de momento, y van como el culo. Directamente mi experimento no vale ni para contárselo a los jubilados en la cola de la pescadería. Por si no estaba ya un poquillo depresivo el día, esto me dejó chafado. No es bueno que los demás pongan en uno expectativas demasiado elevadas.
Cuando me dio un poco de hambre, no me importó caminar un poquito para visitar la bocatería de María, una malagueña que lleva en Bélgica la friolera (nunca mejor dicho) de diez años y que ha formado familia aquí y todo. Así al menos estuve charlando un poco con ella y con Paco, otro malagueño en esta tierra que trabaja haciendo bocadillos (por cierto, no están nada mal y tienen tortilla de patata). Así me distraje un rato.
Luego me volví a la facultad y no tenía ganas de trabajar. Dediqué la tarde a hacer un trabajo del master, y al final estaba tan rayado que me cansé de ello, y lo envié para corregir directamente, tal como estaba. Ya me daba igual todo.
Cuando oscureció (pronto, como siempre), hice el camino de vuelta a casa, que no es corto, y cené un par de salchichas y poco más porque no tenía ganas de hacer nada.
Skypeé un rato con la familia, chateé otro poco con los amigos... ¡Vaya! Al final parece que voy a tener visita en semana santa, y la noticia me animó un poquillo.

Y cuando me fui a la cama y me dí cuenta de que prácticamente todas las interacciones sociales que había tenido fueron a través de internet... Pensé: Mañana será otro día.
Pero de momento no ha empezado de forma tan distinta. Llueve más fuerte.


Que nadie se preocupe, sólo son días. "Ese" tipo de días. Pero como todos los demás tipos de días, pasan ;-)
Que sepáis que os echo de menos, tanto en "esos" días, como en los que disfruto a tope.