viernes, 20 de febrero de 2009

El idioma

Bien, primera dificultad que me encontré al venir a Lovaina, que a la hora de la verdad no lo es tanto. Y lo que me gusta quejarme...
Llegas a la universidad por la mañana, te encuentras a una compañera por el pasillo, y sin darle tiempo a reaccionar le espetas:

"Jode morjen!"

...Queriendo decir "Buenos días". Y entonces la santa mujer, en vez de darte una bofetada como estaréis esperando, se contiene la risa y con toda la paciencia del mundo te da una pequeña lección para mejorar tu pronunciación en flamenco. Porque sí, ese saludo mañanero ha pretendido ser un intento de interaccionar con otra persona mediante el idioma flamenco, u holandés (o neerlandés, o Dutch).

Antes de venirme a Lovaina, cuando comentaba entre los amigos, familiares y conocidos que me habían dado una beca para pasar dos años en Bélgica investigando (o muriendo en el intento), casi todos me preguntaban que a ver qué tal llevaba el francés. Y no, listillos, no era ninguna broma sexual chusca sobre becarios. Es que realmente no toda la gente de mi entorno conoce a fondo la compleja, por no usar una palabra más dura, situación lingüística en estas tierras.
Actualmente, en el pueblo belga conviven (quizá es mucho decir) dos comunidades bien diferenciadas culturalmente y sobre todo lingüísticamente, a saber:
a) los valones, que hablan un idioma similar al francés y ocupan el sur del territorio, tradicionalmente más rural y menos industrializado; y...
b) los flamencos: que no, ni son rosas ni vuelan, ni dan palmas en un tablao a menos que se hayan pasado con la Leffe. Éstos son culturalmente más cercanos a los holandeses, y de hecho su lengua es un dialecto del holandés, o "Dutch". Ocupan la zona norte del territorio (Flandes), y son famosos, entre otras muchas cosas, ¡por la espectacular cerveza de abadía!
Aviso para turistas ocasionales: El tema político es mejor ni mentarlo, yo todavía no me he atrevido a hacer ni la más inocente pregunta entre los compañeros.


Previsible: Buscas una imagen de "flamenco", y aparece ¡Paco de Lucía! (aunque aquí salga muy serio)

Pero el caso es que mucha gente desconoce, u olvida, que una gran comunidad de belgas tienen como lengua el holandés. Y Lovaina, o Leuven, como se dice aquí, es un pueblito muy cerca de Bruselas, en la zona flamenca de Bélgica. Así que lo primero que notas cuando llegas aquí es que la gente habla raro. Todavía no me he acostumbrado a la sonoridad del Dutch (esas jotas, esas erres). Y tampoco el idioma escrito parece más descifrable (esa manía de juntar las palabras en una, como en alemán, esa inexplicable afición a las letras dobles y a las cadenas de más de ocho consonantes seguidas). Se da uno un paseo por la Grote Markt y queda abrumado por los sonidos que salen de toda laringe ajena; o se pone uno a escrutar con ojos entrecerrados la carta de un restaurante, y le queda una sensación como de estar leyendo pasajes del Necronomicón en versión original.
Huelga decir que, con dos años por delante, planeo tomar clases de holandés porque, lo reconozco, soy un obsesivo que no puede convivir cada día con algo que no comprende :-D

Pero mientras tanto, como decía, la dificultad de vivir en un idioma distinto aparenta ser mayor de lo que luego es. Es cierto que Lovaina es ciudad de estudiantes (y de monjas y de cerveza, reza el dicho) y que por eso hay mucho extranjero. Pero tanto en éste como en otros pueblos de la zona, prácticamente todo hijo de vecino habla un inglés más que correcto, envidiable. Más aún: es habitual que la gente sepa también manejarse estupendamente con el francés, o con el alemán, y algunos te pueden decir cuatro frases en español (impagable, lo de "¿como está usted?" medio masticado). En eso de los idiomas, se nota que están a años luz por delante de nosotros.
Reconozcamos, por ser justos, que el holandés se parece bastante al inglés en muchos aspectos y eso les facilita las cosas, pero en cualquier caso es un mérito que no voy a negarles. Muy pocas veces he tenido que salir de una tienda, un restaurante, o una oficina, por no poder entenderme en inglés (sólo en alguna contada ocasión me he topado con los pocos que no sabían hablarlo). Más bien al contrario, me he sentido avergonzado porque en el trabajo todos hablan inglés por mí, porque estoy allí y es la única manera que tengo de comunicarme con ellos... ¡Pero luego su inglés es mil veces mejor que el mío! Así que bueno, esto es un acicate más para que me ponga a practicar duro con los idiomas: el inglés, ¡y también el holandés, que no me olvido!

Crédito de la imagen: Kornell, en Wikipedia, distribuído mediante CC.

3 comentarios:

  1. La verdad que no se cómo no se nos cae la cara de la vergüenza por saber hablar castellano; euskera (los que sepan) y tan sólo comunicarnos más o menos en inglés (unos pocos).
    ¿A quién hay que votar para volvernos un poco más ecologistas y tener más conocimientos de idiomas?

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  2. Harías bien en dar clases de, hemos quedao que es... flamenco, holandés,...? que el saber no ocupa lugar, y menos si te es útil para ligar por allí jeje ;)

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  3. Pues tengo pensado apuntarme a algún curso en septiembre. Si no lo he hecho ya es porque los he pillado empezados, claro, o bien eran intensivos, incompatibles con la vida labo... con la vida. :-D

    Todavía me suena este idioma como a lenguaje de orcos.

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